América Latina en Post Pandemia


 

América Latina en Post Pandemia

 

EL siglo XX se despertó con deseos de brillar y gritar progreso… pero la palabra PANDEMIA hirió a América Latina y al Caribe a mediados de febrero 2020, para el momento la población tenía una incertidumbre de la situación que se estaba presentando, las noticias emitidas por Europa informaban de un virus identificado como Corona Virus SARS-Cov-2, brote que estallo en Wuhan (China) en diciembre de 2019; con altos índices de contagio y peligrosidad produciendo decesos dolorosos. ¿Cómo un siglo que tenía todo para triunfar es asechado con un brote epidémico, que fue tomando fuerza y evolucionando a pandemia?

Solamente queda decir que a través de la historia ha surgido la viruela, peste, cólera, tifus, HIV…. Epidemias y Pandemias que han azotado a la humanidad desde que el mundo es mundo. La lucha contra la actual, causada por el Corona Virus se diferencia de las anteriores en la conexión global que facilita el contagio pero también en una respuesta científica con una coordinación y una inversión sin precedente.  

El catedrático de Medicina Preventiva y Salud Publica Vicente Martin (2023), explica que cuando la enfermedad afecta a dos o más continentes y hay transmisión comunitaria, es decir, se dan casos en personas que no han viajado a ningún sitio y se han contagiado en el lugar donde residen es pandemia, en esta situación de la cadena epidemiológica que es, la más grave y peligrosa de inmediato la Organización Mundial de la Salud (OMS), da su declaración oficial, informando a la población mundial un protocolo de seguridad sanitaria con normas, estrategias y reglamentos que se debía obedecer para poder sobrevivir a la crisis de salud pública.

Es en estos momentos donde cada país ponen en marcha sus medidas de seguridad sanitaria para prevenir la expansión de la enfermedad, desde una cuarentena y confinamiento de la población hasta uso de mascarilla o distanciamiento social conjuntamente con un despliegue de información y vigilancia epidemiológica, siendo importante el acatamiento de las normativas por parte de la población como la rapidez y homogeneidad de la información para lograr éxitos en la prevención de la epidemia.

 A pesar de todos los avatares que América Latina y El Caribe se enfrentaron tras la pandemia de COVID-19, hoy se puede decir que mostro una relativa capacidad de resilencia ante el aumento del estrés de deudas, la inflación, un sistema de salud colapsado, déficit alimentario y habitacional, una educación en desventaja, en términos generales se ha ido recuperando moderadamente optimista respecto al corto plazo.

Pero ha dejado grandes fisuras importantes que hoy en día sigue siendo puntos alarmantes para lograr la estabilidad en el Continente Americano y, a casi tres años del inicio de esta, sus efectos todavía repercuten en las sociedades y economías de la región, dejando al descubierto los persistentes nudos estructurales de las desigualdades, en las sociedades y economías de América Latina y el Caribe. Al mismo tiempo, en la región se enfrenta una crisis social prolongada que se ha agravado como consecuencia de las crisis internacionales en los sectores de la energía, la alimentación y las finanzas, así como de los crecientes desafíos provocados por el cambio climático.

En el ámbito educativo se ha perdido dos tercios (2/3), de los días de clases presenciales, esta equivale a una perdida estimada de 1.5 años de aprendizaje afectando a los más pequeños y más vulnerables, provocando un futuro con mayor incertidumbre por los bajos niveles educativos que experimentaran con el tiempo repercutiendo en el progreso del país. (Banco Mundial 2021)  

Por otra parte, Garcia (2020) considero que la crisis provocada por la covid-19 ha hecho que las sociedades se enfrenten, repentinamente, a sus propias debilidades e inconsistencias, como si se tratara de un experimento masivo, donde se está poniendo a prueba la capacidad de resistencia de los modelos sociales, el funcionar de la economía y, de forma especial, la capacidad de respuesta y acierto de nuestros gobiernos y de las instituciones públicas. 

Es importante destacar que, la ausencia de acuerdos sobre políticas para resolver esta crisis de forma conjunta y coordinada ha vuelto a poner en evidencia la fragilidad del sistema internacional. Esto no sólo aplica a la pandemia, son muchos los desafíos futuros, como el cambio climático o la seguridad internacional, que sólo podrán resolverse a través de la cooperación internacional.

Si América Latina y El Caribe siguen tomando medidas unilaterales para paliar los embates de la pandemia, el futuro de nuestras economías, será desoladora, porque un país no se sostiene de una economía informal, los niveles de informalidad comercial son motivos de preocupación, costosas regulaciones han obligado a la mayoría de las empresas a permanecer en anonimato fiscal; aumentando a un 63,4% en el 2021 (Banco Mundial 2022), limitando su acceso financiero e incrementando el mercado laboral informal, no hay duda de que el multilateralismo y mecanismos eficaces de cooperación serán clave para la reconstrucción posterior de la economía. 

Teniendo en cuenta que las proyecciones de crecimiento económico en Latinoamérica son bastantes pesimistas para el 2020, con caídas en promedio del 9% del PIB y una subida del desempleo, que llegaría al 13,5% de los latinoamericanos, es imprescindible apostar por una cooperación internacional que fortalezca el intercambio de conocimiento y genere nuevas oportunidades de financiación externa. (Banco de Desarrollo de América Latina 2020)

Esta situación, paradójicamente, da pie a nuevos escenarios internacionales. Por ejemplo, CAF -Banco de Desarrollo de América Latina-, uno de los principales actores del desarrollo regional, está llevando a cabo una estrategia de acercamiento a varios países europeos para su incorporación a la institución como socios extra regionales, y así replicar las experiencias positivas de España y Portugal, miembros desde 2002 y 2009 respectivamente.

La idea es que este fondo pueda emitir deuda en los mercados de capital, garantizada por los países desarrollados o sus instituciones multilaterales, y que esos recursos se inviertan en los países accionistas a través de préstamos que apoyen su recuperación económica financiando proyectos de infraestructura y digitalización. CAF se constituiría en el estructurador y administrador del fondo. La aprobación de cada proyecto se haría en el esquema de financiamiento se realizaría bajo condiciones de Pari Passu, y contemplaría todas las salvaguardas legales, ambientales y sociales. Nuestra aspiración es que el Fondo logre captar recursos por un monto aproximado de 30.000 millones de dólares.

Estas son solo algunas iniciativas que pueden contribuir a preservar las ganancias sociales cosechadas a inicios de siglo, y también a evitar que los efectos de la pandemia, estabilizando progresivamente a una América Latina que desea salir airosa de tanta tragedia.

Del mismo modo el Centro de Información y Documentación Internacionales en Barcelona (CIDOB),la Unión Europea y Cooperación de España, inicia el 16 de noviembre de 2021, un acuerdo multilateral titulado «Reactivación y financiación de la Agenda 2030 en América Latina en el escenario pos-pandemia». El documento se estructura en dos bloques: en el primero se aborda  la dimensión de las necesidades de financiación de la región en el contexto de la recuperación y qué rol pueden jugar las instituciones regionales de desarrollo. En el segundo, se analiza el papel de la cooperación internacional de la Unión Europea y los estados miembros en los Países de Renta Media, y cómo la pandemia ha afectado a la agenda de desarrollo en la región.

La investigadora Ayuso (2022), realizo un análisis de América Latina y el Caribe (ALC) exponiendo que tras el gran desafío humanitario que supuso combatir al virus atendiendo a las víctimas y conseguir la mayor inmunidad posible, llega al reto de la reactivación. La mayoría de los países de ALC venían de un periodo de bajo crecimiento anterior a la pandemia y, aunque se espera un rebrote de la economía, los impactos sociales provocados por el coronavirus no se revertirán fácilmente; algunos incluso pueden agudizarse, incrementando la desigualdad estructural en la región. Las consecuencias que pueda tener la crisis provocada por la invasión de Rusia a Ucrania generan aún más incertidumbre por el peligro de estancamiento económico combinado con inflación. Todo ello ha supuesto una revisión de las prioridades de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la Agenda 2030 para una recuperación transformadora que apueste por el desarrollo sostenible con un enfoque multidimensional. 

Al evaluar, la vulnerabilidad que ha mostrado la región frente a la COVID-19 ha provocado que cobre mayor relevancia el debate sobre la cooperación con los países de renta media (PRM), orientando a abordar las brechas estructurales y contribuir a la generación de bienes públicos regionales y globales incorporando distintos instrumentos de financiación que permitan movilizar recursos nacionales e internacionales, públicos y privados tratando de mejorar la estructura económica-social de ALC.

El alto costo de la pandemia en ALC obliga a tener en cuenta la gestión de los riesgos y a establecer instrumentos para atender futuras crisis, pero también para abordar el impacto de los desastres naturales que afectan a la región debido al cambio climático, particularmente a los países de América Central y el Caribe. La actual situación se ha calificado de sindemia porque a la pandemia se suman las dramáticas consecuencias de los desastres naturales que han tenido lugar en la región y las dificultades económicas con consecuencias sociales muy negativas. En este sentido, existe la convicción de que, si no hay inversión social no se podrá avanzar en lo económico, lo cual comporta eliminar la idea de confrontación entre déficit fiscal y gasto público. Hay que buscar, pues, la sostenibilidad a largo plazo, pero atendiendo a las necesidades inmediatas, ya que, si no se atienden, hipotecarán el futuro. (Agenda del 2030)

Después de dicha experiencia, en este plano de cooperación se han visto otras maneras de trabajar y de repensar los proyectos para focalizarse en las prioridades inmediatas. Pero es esencial plantear que la crisis sanitaria no se puede abordar únicamente con la donación de vacunas a los países, sino que debe incluir cooperación para el fortalecimiento de los sistemas sanitarios al efecto de favorecer a las poblaciones más vulnerables. Además, hay que ayudar a los gobiernos a completar las medidas aplicadas para preservar el empleo, la operatividad de las empresas y el acompañamiento en la recuperación, y trabajar para conseguir una red de protección social universal.

En cuanto a Venezuela, deberá hacer frente a un contexto extremadamente desafiante. Hay muchos motivos para pensar que el futuro se tiñe de negro. Sin embargo, también hay grandes oportunidades en esta crisis causada por la pandemia del coronavirus que, podrían favorecer un cambio innovador para nuestra región. Esta pandemia tiene el potencial de liberar la energía y voluntad social y política necesarias para transformar la actual forma de vivir.

Indudablemente, no será un camino fácil. Las personas demandan, con razón, protección, seguridad y un bienestar básico para todos. Y lo exigen ya. Pero he ahí un cambio fundamental. La relación entre mercado y Estado va a sufrir un giro dramático, del cual el Estado saldrá fortalecido. Es lo que muchos ciudadanos venezolanos están exigiendo sin importar su color político: un Estado fuerte, eficaz y transparente que asegure las condiciones mínimas para vivir de manera digna. “Lo más probable es que (la pandemia) nos deje un mundo menos ideológico”, afirmó en este sentido Iván Krastev en “¿Ya es mañana?: Cómo la pandemia cambiará el mundo”. (Bitar y Zovotto 2021)

En plena época de aceleración tecnológica y cambio climático, cuando capitalismo y globalización están evolucionando aceleradamente, el liderazgo político latinoamericano necesita debatir y elaborar con responsabilidad y creatividad una nueva agenda con la ciudadanía que apunte a recuperar la confianza en la política, sus élites e instituciones, garantizar la gobernabilidad democrática, redefinir el contrato social y repensar el modelo de desarrollo para cumplir los compromisos de la Agenda 2030 de las Naciones Unidas.

 El futuro se construye con ideas, voluntad y mayoría social, con una agenda dirigida a aprovechar las coyunturas favorables y recorrer una estrategia de largo plazo para sortear con éxito las situaciones adversas. Una agenda que, como acertadamente recomendaba el destacado economista Albert O. Hirschman, nos permita “pensar en lo posible antes que en lo probable”. (Bitar y Zovotto 2021)

Sin duda, Venezuela cuenta con generaciones jóvenes más preparadas, sociedades más empoderadas. Dependerá de nuevos liderazgos institucionales y personales capaces de convocar y representar, con autenticidad y empatía, las aspiraciones de la mayoría, mostrando caminos de progreso viables.

Finalmente, es importante que se apoye la renovación del contrato social para evitar que sociedades, que ya estaban fracturadas antes de la crisis, caigan en el estallido social y se desestabilicen las instituciones democráticas. Es fundamental que todos los actores internacionales sean promotores de estrategias de cooperación que ayuden a recuperar la legitimidad de las instituciones. Para ello, mediante la cooperación, hay que impulsar agendas de promoción y protección social que aborden las viejas y las nuevas grietas de desigualdad incorporando a organizaciones de la sociedad civil, activistas, académicos y sector privado para que apoyen una transformación justa en un marco democrático.

Ing. Alimentos

María Alejandra Puente Franco

Especialización en Gerencia Cultural.

Sección B  

 

Bibliografía

Ayuso Anna (2022). América Latina en el Escenario Pospandemia: Reactivación y Financiación de la Agenda 2030 CIDOB (Datos en líneas), https://www.cidob.org/es/publicaciones/serie_de_publicacion/cidob_briefings/america_latina_en_el_escenario_pospandemia_reactivacion_y_financiacion_de_la_agenda_2030. Consultado 18 de mayo de 2023.

Banco Mundial, (2023). América Latina y El Caribe: Panorama General. . (Datos en línea), https://www.bbva.com. Consultado 20 de mayo de 2023.

Bitar Sergio y Zovatto Daniel, (2021), América Latina Los Cambios Post Pandemia. (Datos en línea), https://www.idea.int/sites/default/files/news/zovatto-covid/20200210-America-Latina-Postpandemia.pdf. Consultado 19 de mayo de 2023.

García José (2020). Hacia una nueva cooperación post-pandemia.  Banco de Desarrollo de América Latina. https://www.caf.com/es/conocimiento/visiones/2020/12/hacia-una-nueva-cooperacion-postpandemia/. (Datos en línea), Consultado 19 de mayo de 2023

Martin Vicente, el.at (2023). ¿Qué es una Pandemia y Cuantas ha habido a la largo de la Historia? Objetivos de Desarrollo Sostenible. Act.10 febrero. (Datos en línea), https://www.bancomundial.com/es/region/visiones/lac/overview/.

 

 


Comentarios

Publicar un comentario

Entradas populares de este blog